El APS es una enfermedad autoinmunitaria que puede ser causa de abortos espontáneos y de formación frecuente de coágulos de sangre en las arterias y venas. La formación de coágulos es consecuencia de la presencia de proteínas en la sangre denominadas autoanticuerpos antifosfolipídicos (o aPL) que se forman contra los propios tejidos de la persona. Estos autoanticuerpos afectan el proceso normal de la coagulación, lo que produce un aumento de la formación de coágulos o trombosis (en la que la sangre deja de circular debido a un coágulo).
El daño causado por la coagulación varía según el lugar donde se produce. Por ejemplo, la formación repetida de coágulos pequeños en el corazón puede dañar o engrosar las válvulas, con el riesgo de liberar coágulos al torrente sanguíneo (a esto se lo llama embolia arterial). Los autoanticuerpos (aPL) también pueden estar asociados a ataques cardíacos en personas jóvenes sin ningún factor de riesgo cardíaco. La formación de coágulos en las arterias del corazón puede producir ataques cardíacos, mientras que la formación de coágulos en las arterias cerebrales es capaz de causar accidentes cerebrovasculares. Los coágulos sanguíneos derivados de aPL pueden producirse en cualquier lugar donde circula la sangre y afectar a cualquier órgano del cuerpo.
Los coágulos que se forman en las venas por lo general se producen en la parte baja de las piernas. Los coágulos de las venas de las piernas pueden desprenderse, viajar a los pulmones y causar una afección muy grave denominada embolia pulmonar. La embolia pulmonar bloquea el flujo sanguíneo a los pulmones y reduce la cantidad de oxígeno de la sangre.
En algunos casos, puede darse una repetición de episodios de trombosis en poco tiempo, que causa daño progresivo a varios órganos. Esta afección aguda y potencialmente mortal se denomina APS catastrófico. Los pacientes con APS pueden sufrir otros problemas, incluso baja cantidad de plaquetas, piel marmórea (livedo reticular) y úlceras en la piel.
En el caso de las mujeres embarazadas, los aPL pueden ser causa de abortos espontáneos tempranos o tardíos, y preeclampsia (hipertensión arterial y proteínas en la orina durante el embarazo). En un principio, se propuso que los aPL eran responsables de la formación de coágulos en los vasos sanguíneos de la placenta, lo cual causaba retardo en el crecimiento del feto. También es posible que los aPL ataquen directamente los tejidos placentarios, lo cual bloquea el crecimiento y el desarrollo.